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Portada » Blog » Señales de alarma de las Amígdalas Hipertróficas

Cómo reconocer y tratar las Amígdalas Hipertróficas


  • La hipertrofia amigdalina es un concepto médico que se utiliza para referirse al aumento inusual de su tamaño.

  • Una afección muy común, que puede ocasionar diversos problemas de salud.

A menudo, las amígdalas pasan desapercibidas en nuestra vida diaria, pero estas pequeñas glándulas ubicadas en la parte posterior de la garganta, desempeñan un papel crucial en nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, en algunos casos, las amígdalas pueden crecer más allá de su tamaño normal, lo que se conoce cómo amígdalas hipertróficas, desencadenando una serie de problemas de salud, pudiendo afectar tanto a niños como a adultos y puede presentar una serie de síntomas que a menudo pasan desapercibidos. A continuación exploraremos los síntomas de las amígdalas hipertróficas y como reconocerlos.

síntomas Amígdalas Hipertróficas

Imagen: Izq. Amígdalas Hipertróficas, Der. Amígdalas con tamaño normal

¿Cuáles son los síntomas habituales de las Amígdalas Hipertróficas?

  • Ronquidos Persistentes. Uno de los síntomas más evidentes de las amígdalas hipertróficas es el ronquido frecuente y fuerte durante el sueño. Este síntoma se produce porque las amígdalas agrandadas pueden obstruir parcialmente las vías respiratorias superiores, dificultando el flujo normal de aire. En casos más severos, esto puede conducir a la apnea del sueño, una condición en la que la respiración se detiene y comienza repetidamente durante el sueño, lo que puede tener un impacto significativo en la calidad del descanso y, por ende, en la salud general del paciente.
  • Dificultad para Tragar (Disfagia). La dificultad para tragar es otro síntoma común asociado con las amígdalas hipertróficas. Este problema, conocido médicamente como disfagia, ocurre cuando el tamaño aumentado de las amígdalas interfiere con la deglución de alimentos y líquidos. Las personas pueden experimentar dolor o incomodidad al tragar, especialmente alimentos sólidos o grandes bocados, lo cual puede llevar a la pérdida de peso o a dificultades para mantener un peso saludable.
  • Problemas Respiratorios. Las personas con amígdalas hipertróficas a menudo experimentan problemas respiratorios, tales como respiración ruidosa o entrecortada, especialmente durante el sueño. Este síntoma es más común en niños, cuyas vías respiratorias son más pequeñas y, por lo tanto, más susceptibles a las obstrucciones. Además, puede haber una sensación de falta de aire o dificultad para respirar durante el día, lo que afecta la actividad física y el bienestar general.
  • Alteraciones en la voz. El agrandamiento de las amígdalas puede provocar cambios en la voz. Las personas pueden experimentar una voz nasal o un cambio en el tono, debido a la obstrucción en la garganta que afecta la resonancia de la voz. Este síntoma puede ser particularmente preocupante para aquellos cuyas profesiones dependen de una voz clara, como los maestros, cantantes y actores.
  • Infecciones Recurrentes de Garganta y oídos. Las amígdalas agrandadas pueden atrapar bacterias y virus más fácilmente, aumentando el riesgo de infecciones recurrentes de garganta, como la amigdalitis, y de oídos. Estas infecciones pueden presentar síntomas como dolor de garganta, fiebre, amígdalas inflamadas e incluso pérdida de audición si las infecciones del oído se vuelven crónicas. Según la Academia Americana de Otorrinolaringología, las infecciones de amígdalas y oídos son una de las principales causas de visitas al pediatra en niños menores de 15 años.
  • Trastornos del Sueño en Niños. En los niños, las amígdalas hipertróficas a menudo causan trastornos del sueño como la apnea del sueño obstructiva. El agrandamiento de las amígdalas puede obstruir las vías respiratorias durante el sueño, causando interrupciones en la respiración. Esto lleva a problemas como somnolencia diurna excesiva, dificultades de concentración y bajo rendimiento escolar. Un sueño interrumpido puede afectar negativamente el comportamiento y el desarrollo emocional del niño.
  • Halitosis. El mal aliento crónico, o halitosis, es un síntoma menos conocido pero común de las amígdalas hipertróficas. Las amígdalas agrandadas pueden atrapar partículas de alimentos y bacterias, que luego se descomponen y generan un mal olor persistente en la boca. Mantener una buena higiene bucal puede ayudar a controlar este síntoma, pero a menudo es necesario tratar la causa subyacente para eliminar el problema por completo.
  • Infecciones de oído. Las amígdalas hipertróficas pueden contribuir a infecciones de oído frecuentes. Los síntomas incluyen dolor de oído, fiebre y, en casos crónicos, pérdida temporal de la audición. Las infecciones recurrentes pueden afectar la calidad de vida y el desarrollo auditivo, especialmente en niños pequeños.

Crioterapia y Técnicas Menos Invasivas

En años recientes, la crioterapia ha surgido como una opción menos invasiva para tratar las amígdalas hipertróficas. Este tratamiento utiliza temperaturas extremadamente bajas para reducir el tamaño de las amígdalas sin necesidad de cirugía, y puede ser efectiva para reducir síntomas como el ronquido y la apnea del sueño, con menos dolor y un tiempo de recuperación más rápido en comparación con la amigdalectomía tradicional.

Ciertas personas nacen con unas amígdalas hipertróficas de forma natural, mientras que otras pueden experimentar un aumento en su tamaño debido a infecciones recurrentes. Cuando este agrandamiento es significativo, puede dar lugar a diversas complicaciones, incluyendo problemas respiratorios. En estos casos, es el otorrinolaringólogo quién considerará el tipo de tratamiento más adecuado.

En resumen, las amígdalas hipertróficas pueden pasar desapercibidas, pero sus síntomas no deben ser ignorados, ya que pueden afectar significativamente la calidad de vida del paciente. Desde ronquidos persistentes hasta problemas de voz y trastornos del sueño, estas glándulas pueden causar varias complicaciones. Es importante reconocer las señales y buscar la orientación de un profesional, para evaluar las opciones de tratamiento disponibles. En última instancia, la crioterapia emerge como una alternativa menos invasiva para abordar este problema común y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen. La salud y el bienestar son fundamentales, y tomar medidas, puede marcar una gran diferencia en la vida de quienes las padecen.

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